Capítulo Dos
Al conocer a Edith me pareció una chica encantadora; siempre ha sido dulce y tierna; esas cualidades me encantan de una mujer, y nunca claudiqué en los asuntos propios de la galantería, pues no podía imaginar que de una fotógrafa fuera a gustarme la forma en que su cabello se desparramó sobre sus hombros en cuanto la pinza dejó de sujetarlos, así fue cómo reaccioné a sus encantos y decidí hablar por primera vez con ella. —Me gustan tus ojos —le dije repentinamente porque es verdad, tiene lindos ojos. —¿En serio? —pregunta tomándola por sorpresa, ella luce sorprendida. —¡Edith! Tu nombre es Edith. —Sí, ese es mi nombre —exclama con una leve sonrisa. —Si no tuvieras novio te daría mi número. —Bueno si no supiera que tienes varias novias te lo pediría. Me atrapó. Edith sonríe y solo me ve, suspira y se da la vuelta. —Espera bonita . Con una linda sonrisa se detiene, y se da la vuelta para encontrarme frente a ella. —¿Si me das tu número no dejaré de enviarte mensaje...